ENE Perspectivas: Profesor Daniel Goya analiza el aporte de los ganadores del Premio Nobel de Economía 2025

Por Daniel Goya

El lunes 13 de octubre la Real Academia Sueca de Ciencias anunció a los ganadores del Premio Nobel de Economía 2025. En esta oportunidad el reconocimiento recayó en los investigadores Joel Mokyr, Philippe Aghion y Peter Howitt, quienes recibieron el premio por haber explicado el crecimiento económico impulsado por la innovación.

El premio se entregó a estos economistas por sus estudios sobre cómo la innovación ha sido el motor principal del crecimiento económico sostenido en los últimos 200 años, un fenómeno sin precedentes. Si bien este proceso ha traído problemas, como impactos medioambientales, el premio destaca la transformación fundamental impulsada por la innovación.

Así, los galardonados han contribuido a explicar por qué y cómo la economía mundial ha cambiado en los últimos siglos, haciendo énfasis en el papel central de la innovación en ese proceso de transformación.

El primero de los tres ganadores, Joel Mokyr, es un historiador económico y él analizó con datos históricos cómo y por qué funcionan los procesos junto con una cultura de mucha apertura a las nuevas ideas que venían de la ilustración y un tema cultural, ha permitido la innovación.

La segunda parte del premio se entregó a Philippe Aghion y Peter Howitt por un modelo teórico de lo que se denomina destrucción creativa. El concepto de destrucción creativa fue acuñado por Joseph Schumpeter, entonces esto es una de las partes que no me gusta tanto.

Hay que reconocer mucho a Schumpeter, que creó originalmente el concepto, pero la idea de destrucción creativa es que cuando se crea una innovación, especialmente una más disruptiva, es algo nuevo, pero destruye lo que había antes, entonces puede que quiebre la empresa, que se pierdan empleos, pero lo nuevo que surgió crece más y llega a ser más grande que lo que había antes.

Es decir:  se crea un nuevo mercado, surgen competidores, aumenta la productividad, pero después llegará otra innovación que va a ponerse por encima de esa, entonces esos ciclos de destrucción creativa permanente son los que hacen que la economía crezca en largo plazo.

A Schumpeter quizá no le hubiera gustado tanto este modelo por dos cosas, una es que él analizaba más los contextos, la parte cualitativa de las cosas. Eso, por un lado, el premio lo cubre al entregárselo a un historiador, pero lo otro que Schumpeter planteaba es que la economía está en desequilibrio, que iba saltando de un desequilibrio a otro, mientras que los modelos neoclásicos se enfocan en que hay un equilibrio permanente.

Al economista austríaco no le hubieran podido dar el premio porque murió alrededor de 20 años antes de que se empezara a entregar (en 1969), pero esta es la otra parte que no me gusta tanto del premio. Hay toda una escuela de economistas neoschumpeterianos, que no son neoclásicos, analizan y teorizan la economía de otra forma, que han contribuido en mi opinión, más que Aghion y Howitt, que sí han hecho aportes.

Este grupo de economistas que están un poco más invisibilizados ha hecho aportes muy grandes. Richard Nelson es el más importante que murió recién el año pasado, también Christopher Freeman, Giovanni Dosi, Lundvall, en Chile Jorge Katz. Hay una serie de economistas que han ayudado a entender los procesos de innovación y las políticas públicas necesarias para la innovación.

En síntesis, lo esencial es que el premio resalta la importancia de la innovación, a Aghion y Howitt, que han hecho muy buenos aportes, pero también es necesario tener presente que esto viene de mucho antes y que hay otras escuelas de pensamiento que también han aportado para este premio.